Voluntario en la caldera de Nablus

Ya llevamos 3 dias de campamento en la ciudad de Nablus, en el corazon de Cisjordania y hasta el momento el nivel de intensidad de nuestro viaje no ha descendido. Nablus es muy distinta a Ramallah, la capital, porque la gente es mucho mas pobre y conservadora, aunque es mas grande que aquella, con mas de 200.000 habitantes. Sus casas se dispersan por las laderas de un valle, por lo que cuando estoy en el centro y miro a mi alrededor me da la sensacion de que estoy en lo mas hondo de un gran hoyo. De esta ciudad provienen muchos de los guerrilleros que engrosan las milicias palestinas, especialmente de los campos de refugiados que la rodean, donde la pobreza alcanza niveles tercermundistas. Israel ha castigado duramente esta ciudad y sus alrededores desde que comenzo la ultima Intifada, en el anyo 2000. El rastro de la destruccion israeli esta presente en cualquiera de sus calles: huecos de balazos en los muros de las casas, solares en ruinas, o los omnipresentes carteles con las fotos de los martires palestinos (aclaro que el concepto de martir en Palestina engloba tanto a los suicidas como a los miembros de las milicias que se enfrentan a los soldados invasores israelies, asi como a cualquier civil, ninyo, mujer, etc asesinado por los colonos o soldados israelies).

Visite esta misma ciudad el anyo pasado y no recibi la impresion desoladora y de tension que se respira ahora por sus calles, teniendo en cuenta que en el verano 2005 algunos palestinos guardaban esperanzas de paz que hoy se han esfumado y que la Union Europea no habia cerrado el grifo de las ayudas. Los petardazos de los ninyos se confunden con los disparos al aire de los milicianos. O quizas los ninyos son los que disparan y los mayores los que tiran los petardos. Ciertamente aun no me siento comodo escuchando esta continua traca de polvora, unas veces en la lejania y otras en la calle de al lado. Ayer girabamos una esquina un grupo de voluntarios y nos tropezamos con una patrulla de 5 armados, con la mirada perdida y de pocos amigos. Personas que viven en una realidad intermedia entre la vida y la muerte; que moriran jovenes para vengar todos los males de sus familias y de su pueblo. Poco despues caminabamos por las calles estrechas del casco antiguo, charlaba con otro amigo, cuando delante nuestra un chaval de no mas de 18 anyos disparo su pistola dos veces seguidas al aire. La ira de su rostro no se me olvidara nunca. Mi amigo y yo agachamos la cabeza y deseamos por unos segundos desaparecer de ese callejon. Ahora, escribo desde el centro de este gran hoyo que es Nablus, con 40 grados a la sombra, escuchando los disparos y petardazos, miro a mi alrededor y pienso que esto es una gran caldera, a punto de estallar, y que Israel la calienta a su antojo, deseando que reviente lo antes posible para poder zamparse a esta pobre gente.